La Aldea Modelo de Pedrosa (Riós, Ourense), junto con la vecina de Infesta -a unos 35 km de distancia- y Moreda (Lugo), es otra de las 27 aldeas modelo de Galicia creadas al amparo de la Ley de Recuperación de la Tierra Agraria de Galicia.
Pedrosa se encuentra en un espacio de transición entre la sierra y el valle del río Támega. Hacia el sur, levanta la vista a las alturas de la Serra de Penas Libres (Vilardevós) y al norte, a la Serra Seca (A Gudiña). La tierra de este municipio ourensano se caracteriza por ser una superficie ondulada en la que se mezclan y combinan una sucesión de valles fluviales y montañas con altitudes medias entre 600 y 800 metros.
La aldea modelo de Pedrosa recuperó una superficie de 67,45 hectáreas, actuando en un total de 922 parcelas de 164 propietarios. Entre las actuaciones realizadas por la Xunta de Galicia a través de AGADER, se encuentra un cierre perimetral de 7 km, un sistema de provisión de agua y diversas instalaciones auxiliares para la explotación productiva de las tierras: bebederos, comederos, pastores eléctricos, una manga de manejo, cierres móviles o acometidas para riego. Además de la gestión del entorno de la aldea, se está trabajando en los Planes de Dinamización de Núcleo para coordinar las actuaciones públicas y privadas destinadas a dinamizar y regenerar la aldea.
Inicios
La primera intervención en el núcleo de Pedrosa consistió en el acondicionamiento de la plaza pública, un punto de encuentro histórico para los vecinos, a partir del cual recuperar la identidad y el espacio de convivencia.
Posteriormente, la gestión de los terrenos acondicionados se adjudicó a un proyecto conjunto de una ganadera de vacuno de carne en extensivo con una comunidad de vecinos para producción de huerta de autoconsumo.
A través del instrumento normativo de las aldeas modelo de Galicia, el territorio ha sido sometido a un proceso integral de recuperación y dinamización. Se trata de impulsar y apoyar nuevas actividades económicas agroforestales en el rural de Galicia que no solo fijen población y generen riqueza en el entorno, sino que también reduzcan el riesgo de incendios forestales y mejoren la calidad de vida de los vecinos y cualquier persona interesada en vivir y trabajar en estos lugares.